Nueva realidad
Por supuesto que hay casos y casos. Pero en la gran mayoria de familias que he conocido, en mi generación, el padre con respecto al hijo varón, hacía el papel de Pepito Grillo, recordándole que siempre hay cosas que mejorar. Y su problema es que ese papel no siempre se ha ejercido con cariño, sino con cierto enfrentamiento. Quizá debido a la otra parte de la ecuación: la madre. Ella más bien ha ejercido el papel de manta protectora, tapando y limpiando los errores del hijo. Me parece que es muy difícil querer a un hijo y corregirle a la vez, sin caer en la sumisión o el enfrentamiento. Con respecto a las hijas, el papel ha sido diferente. Mientras que el padre ha intentado protegerla y en muchos casos empujarla a realizarse, la madre ha solido descargar en ella labores de casa, sin preocuparse demasiado en su realización personal. Es curioso pero quizá normal, pensando en que quien podría el dia de mañana ocuparse de cuidar a los padres, seria normalmente la hija. Todo esto son cosas