"Ai-pad"

 No es que el machismo sea un cuento chino. No quiero decir eso. Antes de que me lapidéis con vuestros autos de fe. Pero el machismo no es todo ni es único. Hay una parte de lo que llamáis machismo que es simplemente una situación de facto. El mundo durante miles de años, se ha dividido básicamente en dos zonas: la del hogar, donde mandaba la hembra, y la de la caza y la exploración, donde mandaba el hombre. No digo que no haya zonas de conflicto, pero es cierto que la mujer estaba demasiado ocupada en sus crias, como para atender ciertas decisiones y que el hombre, al arriesgar su vida contra los depredadores, no hiciese valer ese valor para erigirse en jefe de la manada. 

Pero no se puede negar que las curanderas eran mujeres, que la labor de mantener el fuego, era cosa de las mujeres. Miles de años separando ámbito de poder. Pero con el tiempo, esa diferencia de poder ha ido cambiando. En la corte francesa, por ejemplo, habia cortesanas que manejaban la política con mano firme. La esposa del rey no era el rey, pero mandaba mucho. El problema es que en esta sociedad sólo uno puede mandar al final. Mientras eso no cambie, habrá problemas entre mujeres y hombres.

Las mujeres no son mejores que los hombres; eso es un típico error de concepto muy en boga ahora mismo. Siempre que recuerdo esa frase de femineizar la política, no puedo evitar pensa en Margaret Tacher o Esperanza Aguirre o las Borgia... La maldad femenina se expresa de distinto modo que la maldad masculina, pero no deja de ser maldad. Igual que la bondad, por supuesto. 

Volviendo al llamado machismo, lo cierto es que en la época de mi juventud, entre 1970 y 1990, el machismo estaba muy mal visto. Se afeaba esa conducta sin ninguna duda. Después, cuando volvió a gobernar la derecha, con el presidente Aznar, volvió toda la caspa. Los chistes racistas, sexistas o regionalistas, el ¡no sabe con quien está Vd. hablando! y el ¡querido amigo!... Todo reminiscencias del franquismo. Y por contra, apareció el movimiento antifascista. Y así acabó ese pequeño paréntesis de modernidad. Volvimos a 36. El feminismo dió un puñetazo en la mesa y el fascismo dió el siguiente. Y aquí estamos. 

Pero la izquierda verdadera siempre ha tenido muy claro el respeto a la mujer, en medio de aquel mundo machista por ser franquista y viceversa. Claro que nunca ha sido fácil tener un jefe o una jefa, o señora, fascista y volver a casa y limpiarse de todo aquel ruido y suciedad mental.

Pero el feminismo, si olvida la hermandad entre las gentes del pueblo, no es feminismo. El feminismo que separa o divide, que margina por el sexo, no es feminismo. 

Ninguna mujer puede pretender que los hombres digamos que la mujer es lo mejor que hay, que es perfecta y nosotros pecadores. Es la mujer fascista la que bulle detras de todo eso. Esa no es la mujer feminista, es la egoista que quiere que su camino sea el principal, que su deseo sea orden y que todas las puertas le sean abiertas. 

La mujer feminista, la mujer humanista, necesita al hombre como el hombre la necesita a ella. Para construir un mundo mejor para todos sin excepción. 

Vivimos tiempos de cambio. Quizá cambie el lenguaje. Quizá cambie el concepto de familia. Quizá cambien los consejos de administración. Quizá tengamos rey consorte. Pero mientras la oligarquía siga mangoneando este país, todo será una gran mentira para tenernos ocupados en lo secundario, con sueldos de miseria, sin vivienda, pero con "ai-pad".

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