Reencontrarnos

Cansado de pelear con las estadísticas. Ya me da igual el porqué de un asesinato de mujeres. Quiero que se acaben para que no haya mas estigmatización de los hombres y del hombrismo. Me interesa evitar esos asesinatos. Por ello quiero analizar las causas de que salte el resorte. Porque el resorte estará ahí mientras haya hombres y mujeres en el mundo. O quizá se trata de reducir ese resorte y el otro: el de las mujeres.

Los maltratadores son enfermos a los que hay que separar y tratar. No hay otra. Pero luego está el orgullo herido, el padre sin hijos, el marido sin esposa y el hombre sin hogar, todo de una vez, todo de golpe. Y luego está el hombre arruinado y desesperado, sin salidas. Y luego está el hombre pisoteado como  persona durante años que un día dice basta.

Todos estos casos no conducirían a un desastre si hubiera una red social de atención al hombre. Es muy bonito un mundo igualitario, pero el hombre sigue siendo en muchos casos el sostén económico de la familia. En muchos casos la responsabilidad de traer el dinero a casa es suya y esta es a veces una carga muy dura.

Yo entiendo a las mujeres que se quejan de los asesinos de mujeres. El problema es que quizá ellas en las mismas circunstancias y con las mismas hormonas, harían lo mismo. Y
no quiero hablar de los crímenes femeninos. Crímenes muchos silenciosos.

El caso es que pienso que si queremos que nuestra sociedad avance hacia la igualdad, debemos alimentar más la inteligencia y menos los sentimientos. Los sentimientos están bien donde están, pero hay que subir un poco el nivel de inteligencia. Resolución de conflictos. Eso debería darse en las escuelas.

Ahora se habla mucho de tender puentes, de pactos, de consensos. Pues consensuemos. Los hombres y las mujeres nos necesitamos (y no hablo de sexo o reproducción). Claro que no es exacto, pero los hombres representamos el riesgo y las mujeres la sensatez. Seguro que hay más cosas. ¿Qué te gusta del sexo opuesto? Seguro casi todo el mundo tiene alguna respuesta positiva. Ya digo que hay mujeres arriesgadas y hombres muy sensatos, pero hablo de cientos de millones; o miles.

Tenemos que volver a reencontrarnos. El 15M no solo ha traído la política de nuevo a nuestras vidas. O no debe. Tenemos que volver a querer a las mujeres y a los hombres por ser personas que luchan, que se esfuerzan, que soportan el día a día de una sociedad elitista, exclusivista, asesina y castradora.

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