El Gordo cae en Madrid: 17912

Esperanza Aguirre está triste. Yo contento. Adiós a la chulería, a la compra de de diputados, al ladrillazo. Esta señora aupada a los altares de los mass-media por obra y gracia de Caiga Quien Caiga, aprovechó la coyuntura para hacerse con el PP de Madrid.

Ahora nos deja el eurovegas como recuerdo. Yo le deseo lo peor: o sea un paro y unos años en la carcel, que es lo que se merece.

Espero, eso sí, que la izquierda madrileña sepa aprovechar la ventana que se abre y se hagan mayores de una vez. Hace cinco años hubiera sido otra cosa pero hoy, con la que está cayendo, cualquiera se mete, ¿no?

Hasta nunca, señora.

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