
La anterior ministra -que vender no vendía pero trabajar, trabajaba- parece que ha dejado una ley del suelo que resumían ayer en el país del modo siguiente: "María Antonia Trujillo será recordada en el largo plazo por la aprobación de una nueva Ley del Suelo, que ha entrado en vigor el pasado día 1 y que habrán de tener en cuenta los ayuntamientos constituidos tras las últimas elecciones municipales. Trujillo ha sido una ministra de Vivienda con peor imagen que práctica política. La nueva ley del Suelo, que sustituye a la de 1998, cambia la filosofía de esta última de que todo suelo era urbanizable mientras no se dijera lo contrario, causante en buena parte del espectacular crecimiento del precio del suelo y de la formidable especulación que han asolado este país en los últimos 10 años. Sólo el tiempo dirá si la nueva ley del Suelo ha sido efectiva, pero en su filosofía está la corrección de tanto desenfreno, con la reserva de un porcentaje del suelo (30%) para vivienda protegida y una nueva tasación del suelo mediante la cual su valor no estará en función de las expectativas sino de su precio actual, entre otras medidas. Recordemos que la de 1998 es una ley aprobada bajo el mandato del PP y que la actual ha sido aprobada con el voto de todos los grupos parlamentarios, excepto el PP."
Los bancos están, parece ser, ahora jugando con los pisos de los jubilados. ¿A qué conduce eso, junto con otros síntomas que veo? A mí me parece que: 1º) A que los pisos actualmente en propiedad de la clase media, pasen a los bancos, que los pondrán en venta para empresas de alquiler. 2º) A que la gente se compre pisos a muy largo plazo, pagando la mismo que pagaría por un alquiler, sin acabar nunca de tenerlo en propiedad -salvo loterias- y sin la facilidad que te da el tener un piso en alquiler para mudarte según donde trabajes.

3º) Al final, a que todo el mundo se decante por vivir de alquiler, en esta sociedad que tiende a no tener empleos de más de 10 años de duración, con movilidad geográfica cada vez mayor. (Y todo esto gracias a Internet y al AVE, o se, las autopistas de la comunicación que se decía en el 92).
Y es que Europa aún tiene que cambiar mucho. Lo que no sé es cómo haremos para tener una vida más abierta, pero sin perder nuestro apego a nuestras tradiciones. ¿Será bueno conservar las tradiciones? ¿No seremos como ese niño que no se atreve a soltar el chupete? El tiempo nos lo dirá.
Comentarios
Fíjate con que poquito que paso, yo no sé a qué te refieres con esos cambios de vivienda y vida europea.
;)