Mantener la llama
Estamos en una crisis que se puede convertir en bancarrota si no
cambia este gobierno pronto. Pero mientras, como en las grandes sagas de la
Tierra Media y sus secuelas, hay que mantener viva la llama sagrada de los
valores cívicos y de la cultura. Estos que nos gobiernan (sus padres) ya lo
intentaron en el 39 y tras acabar la guerra intentaron acabar, no sólo con los
vencidos que quedaban vivos, sino con la homosexualidad, el feminismo, la
cultura popular y la innovación y el genio, para dejarlo todo bajo el mando de
los valores patrios y católicos, sin opción a la disidencia. Por supuesto que
no lo consiguieron porque en todas partes hay personas sensatas, que son junto
con las innovadoras, las que mantienen al ser humano aún sobre la Tierra.
Ahora hay otro
intento de acabar con los restos del comunismo y de su hijo rebelde, el 68. Ya
sé que diréis que soy un simplista, pero es que para ver las cosas claras a
veces hay que simplificar. Ya sé que en los 50, la guerra fría, el Vietnam y
todo eso, el bienestar de la paz tras la segunda guerra, hicieron a la gente
joven pensar que ya estaba bien de morir como tontos en una guerra donde a lo
mejor no eran ellos los buenos. El caso es que ahora los ultra-conservadores
intentan reconducir la situación a una economía post-bélica, donde la patria es
lo único que importa y el ser humano es solo una pieza.
Bien, yo creo que
la resistencia debe estar dentro de cada uno. Es cierto que los que tienen
trabajo han de trabajar con ilusión y tesón para levantar la economía, pero no
es menos cierto que deben ir a las manifestaciones en contra de los recortes.
Deben apoyar a sus compañeros más débiles y comprender a los que no tienen
tiempo de luchar porque están criando como locos.
Comentarios